Sobre mi
Hace tres décadas que soy emprendedora.
Mi vocación es crear empresas innovadoras y con impacto real, capaces de marcar tendencia. También soy consejera y asesora de empresas familiares y startups, y patrona de la Fundación Diversidad. A lo largo de este camino, ha habido una constante: vincularme a proyectos con impacto positivo, no solo económico, sino también social y medioambiental.

Inspirar para Transformar
Mi vocación emprendedora también me ha llevado a atravesar momentos muy difíciles. Un burnout severo y una depresión fueron un punto de inflexión: me obligaron a replantearme cómo trabajaba… y para qué. Aquellos momentos oscuros resultaron ser, con el tiempo, un regalo. El regalo de parar, de repensarme, de tomar consciencia de cómo me autosaboteaba con una carga de trabajo insostenible y una autoexigencia desbordada. De comprender que vivir instalada en el estrés crónico y en la ansiedad no podían ser el camino -ni para mí, ni para lograr el impacto que tanto anhelaba-.
Hacer terapia, practicar yoga y kriyas cada día, abrir espacio a la espiritualidad o ponerme en manos de una de las mejores kinesiólogas marcaron un antes y un después. No fue fácil, pero es lo mejor que me ha pasado.

